lunes, 16 de febrero de 2009

EL AJEDRECISTA

El ajedrecista
Guillermo Tatis Grimaldo, hijo


Quién lo creyera, cuando Balbina Herrera anunció intempestivamente la designación de su compañero de fórmula política para la presidencia de la República, ella y su pequeño grupo de asesores debieron pensar que aquella sería una jugada maestra que solo logran los grandes estrategas. Tal es así que no vieron la necesidad de consultar previamente al propio secretario general del PRD y jefe de Estado Martín Torrijos, tampoco a ninguno de los más altos organismos directivos del partido y menos aún a las bases.

Con esto, complacían a Juan Carlos Navarro que estaba molesto porque el círculo privilegiado de Balbina lo había excluido y apartado después de las elecciones internas. De paso, le daban una especie de “contentillo” escogiéndolo como candidato a la vicepresidencia, asunto al que ya éste le había puesto plazo para que lo designaran al cargo de elección. De esa forma se sellaría la unidad del partido, y la fuerza que lograrían les aseguraría una victoria tanto fácil como aplastante.

Sin embargo todo esto demoró demasiado tiempo en llegar, me refiero a tender la mano amiga al precandidato perdedor, lo que evidentemente afectó y finalmente no surtió el efecto esperado, y muy por el contrario las cosas no mejoraron, y Navarro descubrió poco a poco que el ofrecimiento nunca fue sincero ni de “corazón”, sino para sacar provecho aritmético de su fuerza electoral.

Sin embargo, desde las pasadas elecciones internas del PRD, o mejor dicho, desde mucho antes, han sucedido una cantidad de sucesos que han puesto al candidato a vicepresidente Juan Carlos Navarro a ubicarse no solo a la defensiva sino a ingeniarse una estrategia de ataque como la que adoptaría el mejor ajedrecista, decidido a no dejarse hacer el jaque mate.

No se puede ignorar que algo raro hay en el ambiente político perrediano que huele a complot permanente contra Juan Carlos Navarro, para nadie es desconocido que Balbina Herrera se le atravesó en su carrera a la presidencia de la República, que ella desconoció los pactos políticos que juraron en torno al tema y que al calor de esos mismos acuerdos Navarro tuvo que ceder y cambiar sus aspiraciones de dirigir el partido como presidente por una subsecretaria del mismo.

Para colmo de males, el ajedrecista ha descubierto que la conspiración no solo llegó hasta allí sino que se estaba cocinando en secreto acortar la veda de diez a cinco años para la reelección presidencial, orquestado desde Las Garzas y con la diligente ayuda de los diputados mandaderos del oficialismo, con el claro objetivo de cerrarle las posibilidades incluso en el 2014 y entregarle la opción a Torrijos para esa fecha.

Creo seriamente, por lo que veo, leo y oigo, que a estas alturas al ajedrecista lo que menos le interesa es evaluar si Balbina Herrera gana la presidencia. Las razones lucen obvias. No es imposible, pero resulta muy difícil revertir las condiciones actuales de favoritismo que exhibe Martineli, además porque ya no es un secreto las intrigas internas en el PRD, las deserciones, las traiciones descubiertas y el sentimiento de que la campaña va sin rumbo certero, mas bien equivocada, y que la candidata oficialista eligió un discurso malo, esquivo y sin tino, que irremediablemente los ha de llevar a una estruendosa derrota.

Pero estas elecciones serán solo la pérdida de una batalla para el ajedrecista, ahora él tiene los ojos plantados en el 2014 y ha empezado desde ahora a responsabilizar a Torrijos de la corrupción y errores de su gobierno como del descalabro que viene, y de paso dejando sin alternativas ni argumentos a Balbina Herrera. Cada vez que el ajedrecista se asoma a una tribuna, sus ataques son más osados, mordaces, puntuales y mortales que hacen pensar que lo que viene habrá de ser más duro. Y así como cada dolencia tiene su receta y terapia a seguir para mejorar al paciente, en política se trabaja más o menos con esas mismas premisas pero a la inversa, cuando se trata de acabar con el adversario. El ajedrecista ha entrado al campo de batalla denunciando y atacando a sus enemigos visibles, a todos los que él reconoce como conjurados de su causa, para debilitarlos y luego darles el golpe de gracia.

No lo olviden amigos, el ajedrecista irá ahora, luego del 3 de mayo próximo por la cabeza del secretario general del PRD y toda la plana mayor del partido, ya no valen llamados a la conciliación. Entretanto Balbina Herrera, se a convertido en su rehén, pobre víctima de su pretendido invento de jaque al rey.
El autor es diplomático

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